Discriminación es todo acto de separar a una persona de
una sociedad o formar grupos de personas a partir de criterios determinados. En
su sentido más amplio, la discriminación es una manera de ordenar y clasificar
otras entidades. Puede referirse a cualquier ámbito, y puede utilizar cualquier
criterio. Si hablamos de seres humanos, por ejemplo, podemos discriminarlos
entre otros criterios, por edad, color de piel, nivel de estudios, nivel
social, conocimientos, riqueza, color de ojos diferente, etc. Pero también
podemos discriminar fuentes de energía, obras de literatura, animales.
La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación
(1993) considera discriminación a “toda distinción, exclusión o restricción
que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición
social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión,
opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por
efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la
igualdad real de oportunidades de las personas”.
No obstante, en su acepción más coloquial, el
término discriminación se refiere al acto de hacer una distinción o
segregación que atenta contra la igualdad. Normalmente se utiliza para
referirse a la violación de la Ley de igual libertad igualdad de derechos para
los derechos individuales individuos por cuestión sociedad social, crecimiento
humano edad, razas humanas racial, religión religiosa, política, orientación
sexual o por razón de género (ciencias sociales)|género. Tomando una parte del
artículo 1º de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
formas de discriminación se clasificarían o se definirían en dos partes.
Para Vonfack en 1998 (citado en Becerra, S., Tapia, C. y
Barría, C. y Orrego, C.) existen tres procesos claves que explican las
relaciones de rechazo en las relaciones interpersonales entre sujetos de
distintos grupos: los Estereotipos, el Prejuicio y la
discriminación.
Además de esto la identidad social que es entendida como un
constructo que discurre en esferas sociales, cognitivas y motivacionales
(González y cols., 2005) y que es definida por Tajfel y Turner (citado en
Smith, 2002, p. 74) como “parte del auto concepto que se deriva de la
particular relación con ciertas categorías o grupos sociales”, hace que el
individuo se sienta identificado con el grupo de pertenencia mientras que se
aleja de los grupos que los rodean y con los cuales no existe ninguna
identificación, lo cual da lugar a fenómenos de inclusión y exclusión.
Formas de Discriminación
Una de las principales fuentes de la desigualdad es la
discriminación. Según Cesar Rodríguez, en su texto titulado Derecho a
la igualdad, "los ingresos, la clase social y la raza, factores tales como
el género, el origen étnico, la nacionalidad, la filiación religiosa o la
ideología política" dan lugar a las formas de discriminación.
Existen ciertos grupos minoritarios que no están
"efectivamente incorporados" en la sociedad. Estos grupos están
discriminados y se encuentran en una posición de "subordinación
perpetua" (expresión tomada de Derecho y grupos
desaventajados de Gargarella), lo cual se ve reflejado en
la economía (clases menos favorecidas), en
la política (estos grupos no tienen representación política) y en la
vida social. Este tipo de discriminación es la más evidente, pues es la que se
ve en el día a día; por ejemplo, la violencia física racial entre
pandillas que se da en los Estados Unidos o en Europa.
Uno de los mejores ejemplos de discriminación fue y sigue
siendo, pese a muchos avances, el de la comunidad de raza
negra (racismo) en los Estados Unidos. A través de la historia, esta
comunidad ha estado sometida a una constante exclusión/discriminación por parte
de algunas partes de la sociedad. Un ejemplo de esto fue la imposibilidad que
en el pasado tuvieron de acceder a la educación superior
(véase universidades).
El derecho (sistema judicial) ha sido utilizado como
elemento de control por parte de los grupos predominantes, con objeto de
mantener el statu quo. La discriminación ha sido una de las principales
fuentes de desigualdad, debido a que, como ciertos grupos están marginados
de las decisiones, se les priva de ciertos derechos fundamentales, tales
como la salud, la seguridad social y La educación, entre otros
muchos.
Según el Islas (2005) el lenguaje juega un papel muy
importante en la discriminación, ya que este no sólo son las palabras sino
también las emociones, afectos, preferencias, decisiones, etc. A través del
lenguaje aprendemos a discriminar ya que “aprendemos a nombrar a las cosas y a
las personas a partir de nuestro entorno; al mismo tiempo, integramos
prejuicios, matices despectivos, atribuciones arbitrarias”. (p. 5)
En las diferentes lenguas abundan términos que son
utilizados con connotaciones racistas, clasistas o nacionalistas. También se
utilizan las palabras para crear y mantener estereotipos. Existen muchas frases
que expresan discriminación a las que estamos tan acostumbrados que no nos
damos cuenta. Por todo esto, podemos decir que el lenguaje es una forma de
discriminación y que hace que estas actitudes se vayan permeando por la
sociedad que utiliza el lenguaje.
Sin embargo, se han hecho esfuerzos para parar la
discriminación [cita requerida] y asegurarle a estos grupos el
respeto a sus derechos a través del mismo ejercicio del derecho. Un ejemplo de
esto fueron las reformas jurídicas de la década de los 70, en las que se
operó de forma tal que sirvieran de "obstáculos contra la
discriminación" (expresión tomada del libro Emancipación social y
violencia en Colombia, escrito por Rodrigo Uprimny y Mauricio
García Villegas). En el caso colombiano podemos ver cómo la Corte
Constitucional ha tenido un papel protagónico a través de sus decisiones,
permitiendo que algunos de los grupos antes discriminados obtengan ahora
representación y el respeto de sus derechos fundamentales (ejemplos de esto son
los indígenas, los sindicatos y los homosexuales, entre otros
muchos).
Otras personas que pueden también ser objeto de
discriminación son las que poseen necesidades especiales, caso de quienes
poseen condiciones como síndrome de Down, retraso
mental, parálisis cerebral, autismo, síndrome de Asperger, etc.
En estos casos la discriminación se manifiesta a través de
términos peyorativos dirigidos hacia estas personas.
Estos esfuerzos no deben cesar, pues todos hacemos parte de
una sola sociedad, de una sola comunidad en la que es necesario aprender, a fin
de tener una convivencia saludable y pacífica, a entender y aceptar
las diferencias generadas por la multiplicidad cultural que existe
(véase multiculturalidad). Es fácil para cualquier miembro de la sociedad
(cualquiera que sea el sector al que pertenezca) des involucrarse del asunto de
la discriminación, sobre todo cuando no le afecta directamente; es más difícil,
en cambio, involucrarse en la lucha contra la discriminación cuando esta lucha
nace de un despertar de la conciencia, tanto a nivel individual como a nivel
colectivo.
Tal vez la discriminación, en cualquiera de sus formas, no
llegue a desaparecer nunca. Pero es menester que el ser humano siga haciendo
conciencia, tanto en su propia vida interior como a su alrededor (a nivel de
las distintas comunidades de que el individuo va formando parte durante su
desarrollo: familia, escuela, trabajo, transporte, negocio, empresa,
instituciones varias, deporte, etcétera), para generar a su vez conciencia en
otros. Otros que, aunque diferentes, son también los mismos. Pues son también
humanos.
Discriminación por género
La discriminación de género o sexismo es un fenómeno social,
puesto que son necesarias representaciones de ambos sexos para que pueda darse
esta situación: no existe una igualdad de género a partir de la cual denunciar
la discriminación o desigualdad. Al contrario: la base de este fenómeno es la
supuesta supremacía de uno de los géneros.
Al tratarse de una elaboración social, el género es un
concepto muy difuso. No sólo cambia con el tiempo, sino también de una cultura
a otra y entre los diversos grupos dentro de una misma cultura. En consecuencia,
las diferencias son una construcción social y no una característica esencial de
individuos o grupos y, por lo tanto, las desigualdades y los desequilibrios de
poder no son un resultado “natural” de las diferencias biológicas.
En términos estatales, el liberalismo ha apoyado la
intervención del Estado a favor de las mujeres como personas abstractas con
derechos abstractos, sin examinar estas nociones en términos de género, dando
lugar al sexismo inverso. Adicionalmente, como es el hombre hegemónico quien
determina el derecho, esta disciplina social ve y trata a las mujeres de la
manera como los hombres las ven y las tratan. Así pues, el estado liberal
constituye, de manera coercitiva y autoritaria, el orden social según los
intereses de los hombres como género, a través de la legitimación de sus
normas, la relación con la sociedad y políticas sustantivas. En consecuencia,
el género se mantiene como una división de poder (véase relaciones de poder).
La discriminación de género adopta diversas formas de
división de poder, algunos de cuyos aspectos incluyen:
Derechos humanos: Aunque las normas internacionales
garantizan derechos iguales a los hombres y a las mujeres, ésta no es la
realidad porque, por motivos de género, se les está negando el derecho a la
tierra y a la propiedad, a los recursos financieros, al empleo y a la
educación, entre otros, a los individuos.
Trabajo: En todo el mundo, tanto las mujeres como los
hombres trabajan. Sin embargo, las funciones que desempeñan las mujeres son
socialmente invisibles (se toman menos en cuenta, se habla mucho menos de
ellas, se dan por hecho), ya que tienden a ser de una naturaleza más informal.
Adicionalmente, los hombres ocupan la mayoría de las posiciones de poder y de
toma de decisiones en la esfera pública, dando lugar a que las decisiones y
políticas tiendan a reflejar las necesidades y preferencias de los hombres, no
de las mujeres.
Ventajas: Los recursos mundiales están distribuidos de forma
muy irregular, no sólo entre los distintos países, sino también entre los
hombres y las mujeres de un mismo país. Aunque se calcula que realizan dos
terceras partes del trabajo en el mundo, las mujeres sólo obtienen una tercera
parte de los ingresos, y poseen menos del 1 por ciento de la propiedad mundial.
En 1989, la socialista española Carmen Cerdeara presentó
ante el Pleno del Senado la proposición de ley para la reforma del Código Civil
en aplicación del principio de no discriminación por razón de sexo.
Discriminación racial
La discriminación racial es un concepto que suele
identificarse con el de racismo y que lo abarca, aunque se trata de conceptos
que no coinciden exactamente. Mientras que el racismo es una ideología basada
en la superioridad de unas razas o etnias sobre otras, la discriminación racial
es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre
lo está. En este sentido hay que tener en cuenta que la discriminación racial
positiva (cuando se establecen discriminaciones con el fin de garantizar la
igualdad de las personas afectadas), constituye una forma de discriminación
destinada a combatir el racismo.
Discriminación por orientación sexual
Este tipo de discriminación, llamada sexismo por
lo general, se diferencia de la discriminación por género en el sentido de que,
además de que incluye a dicha discriminación (esto es, una constitución del
orden social según los intereses de los hombres como género frente a las
mujeres, a través de la legitimación de sus normas, la relación con la sociedad
y políticas sustantivas), también habla de la orientación sexual y de las
identidades de género.1
Este tipo de discriminación se da tanto del hombre a la
mujer como de la mujer hacia el hombre, si bien se cree que suele presentarse
con más frecuencia por parte de los hombres hacia las mujeres que en sentido
contrario. La discriminación del hombre hacia la mujer, se caracteriza por el
hecho de que:
Las mujeres tienen menos oportunidades en trabajos que
anteriormente sólo eran para hombres, y además,
Las mujeres tienen salarios más bajos.
Otra forma de discriminación es afirmar que solo las mujeres
sufren este problema y que estas por naturaleza son incapaces de caer en
caminos violentos, discriminatorios o sexistas.
La discriminación de la mujer hacia el hombre se caracteriza
por:
Un número creciente de denuncias por malos tratos
inexistentes.
La dificultad extrema de tener la custodia de los hijos,
tras un divorcio.
El SAP (Síndrome de Alienación parental).
Discriminación por especie
El especismo o especieísmo es un término acuñado en 1970
por el psicólogo Richard D. Ryder2 quien
lo aplicó para describir la existencia de una discriminación moral basada en la
diferencia de especie animal.
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